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lunes, 13 de agosto de 2007

Simple diferencia

¿Por qué tantas diferencias?
Mi pregunta es > ¿Por qué en Mar del Plata los chicos son aprobados con un 7 y los porteños con un 6? A caso, nos diferenciamos en algo? ¿Por qué los chicos de Buenos Aires son evaluados con el mismo sistema que en Mar del Plata, (o sea el sistema de 10) pero no se esfuerzan tanto para ser aprobados? No es lo mismo llegar a un 6 que a un 7. Aunque la diferencia es de 1 solo punto, en la práctica esa diferencia se multiplica y los profesores exigen más. Si el alumno tiene un 5.50 y algún que otro “profe” le regala 0.50 centésimos por su buena conducta, llega a un 6 y aprueba!...les diría zafando. En cambio, a los alumnos con una aprobación de 7 les exigen más conocimiento y estudio y ese 6 no alcanza para su aprobación. ¿Entonces? Los porteños salen aprobados igual que los marplatenses pero con menos preparación y un nivel de educación más bajo. ¿No deberían igualarnos? Ya saben de quienes estoy hablando… De esta manera desaparecerían tantas diferencias entre el nivel de estudio en nuestra provincia de Buenos Aires y Mar del Plata.


Cambiando un poco de tema, pero sin dejar el tema principal de lado, es lamentable recordar la estadista realizada en el año 2006, donde se mostró la falta de aprendizaje de los jóvenes en La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires. El 98% de todos los alumnos que querían ingresar al CBC de la Universidad de Ciencias Económicas fueron desaprobados o les faltaban unos pequeños centésimos. Lo que nos demuestra que el nivel del secundaria es insuficiente, impidiendo a los chicos recién egresados dar un paso más que no es tan grande, sino simplemente pasar de un establecimiento a otro avanzando un solo escalón. Nos demuestra que el nivel de egreso del secundario no concuerda con el examen de ingreso a los niveles terciarios. Y nos preguntamos ¿por qué pasó eso? Generalmente los desaprobados fueron los egresados de colegios secundarios con orientación bachillerato. Y obviamente no estaban capacitados para el ingreso del CBC de Ciencias Económicas. Pero sin embargo esto no quiere decir que el 100% de los alumnos desaprobados provenían de los bachilleres. Seguramente hubo más de la mitad provenientes de escuelas comerciales. Lo que no los justifica en nada, ya que ellos sí deberían rendir los exámenes bien! Pero no fue así. Nos preguntamos qué pasó y que es lo que sigue pasando con los alumnos… o tal vez con los profesores… por qué ahora los jóvenes salen a protestar porque son desaprobados y lo que les exigen en el CBC les parece absurdo y exagerado. ¿Tienen la culpa los profesores? Hay muchas teorías y cuestiones por resolver al respecto. Obviamente por una institución mas poderosa. Pero quisiera destacar solamente dos factores:
1) los profesores ya no exigen tanto como lo hacían antes. En vez de preocuparse por el futuro de sus alumnos, dicen…”si se quedan calladitos y no hacen lío, hoy no les tomaré la prueba”, o como esta “hagan el ejercicio (desde hace 1 semana)” y los chicos se ponen a hablar en vez de seguir con el tema nuevo, están un mes con lo mismo…y mientras tanto el profesor se pone a charlar con otro colega suyo o a leer el diario o sino hace sus cosas que no corresponden en sus horas de trabajo y en horas de clase. Es evidente aclarar la irresponsabilidad e ignorancia de ellos.
2) los alumnos (tan cuestionados) no hacen lo que se les pide, tratan de adivinar en vez de leer y estudiar y así estar seguros de su respuesta en el examen. Las tareas que son dadas a sus hogares son hechas con la menor atención y dedicación o simplemente sin hacer. Esto también depende de los profesores que no se encargan de controlar las tareas, porque claro, dicen que ya son bastante responsables como para estar controlando uno por uno. Lo que nos muestra la confianza hacia los alumnos.
Resumiendo toda esta opinión: si el nivel del estudio, y no solamente en Buenos Aires, fuese más estricto, más duro y riguroso, más exigente obviamente (e igual en toda la región de Buenos Aires), como en muchos colegios de Europa, los adolescentes no estarían vagando en las calles al terminar los estudios secundarios porque su nivel de inteligencia y educación les impediría hacerlo.